domingo, 6 de marzo de 2011

Promesa de la semana: Erik Lamela

Erik Lamela tiene 18 años (cumplirá 19 el próximo 4 de marzo), brilla en River Plate y está predestinado a jugar en Europa. De hecho, su desembarco en el continente europeo está previsto para el próximo verano y su futuro parece encontrarse entre Atlético de Madrid y Milan. De los dos, ganará la puja el club que esté dispuesto a pagar los 20 millones de euros que el presidente de River Plate, Daniel Passarella, estipuló en su cláusula de rescisión.

La cantidad puede resultar elevada a tenor de la edad del jugador aunque, en cualquier caso, el repertorio técnico de Lamela y su enorme progresión bien valen un esfuerzo económico. Este prodigio argentino, que actúa de mediapunta o escorado a la banda izquierda, posee una zurda de oro, es rápido, ágil y desborda con suma facilidad. De estas virtudes, ha hecho gala desde que tomó contacto, por primera vez, con el balón y el Barcelona se dio, rápidamente, cuenta de ello.

En 2004, cuando Erik Lamela tenía 12 años, tentó a la familia del jugador con un salario de ensueño: 120.000 euros mensuales y la promesa de que el pequeño futbolista podría llegar a hacerse un hueco, pasados los años, en el primer equipo culé. Por su procedencia, Argentina, y su enorme calidad se creyó que el destino de Lamela podía seguir las directrices de Messi, aunque, finalmente, su evolución nada tendría que ver con la de La Pulga y la llegada de Lamela a la factoría culé se frustraría a última hora.

Con el acuerdo con el Barcelona prácticamente cerrado, River Plate logró convencer a la familia de Lamela para que el jugador continuara creciendo en las filas millonarias. Un contrato de trabajo para los padres de Erik y becas escolares para sus hermanos, Axel y Brian, fueron las causantes de que el entorno de Lamela acabara dando marcha atrás a última hora. Pese a que la decisión no frenó la proyección del jugador y es una obviedad que éste ha ganado en madurez y responsabilidad con el paso de los años, Lamela vivió una oscura etapa tras los escarceos mantenidos con el Barcelona.

"En el campo me insultan... Hay un montón de chicos que me tienen bronca. ¿Por qué? Por lo del Barça. Hoy estoy más tranquilo, pero ese año fue terrible", explicó dos años después, en 2006, el propio jugador. Éste pasó de ser protagonista en todos los medios de comunicación de país, por su posible marcha al Barcelona, a caer en el ostracismo y ser incluso suplente en las categorías inferiores de River. Una vivencia complicada, sin duda, que, en cualquier caso, le sirvió para crecer y aprender a sobreponerse a la adversidad a base de trabajo y esfuerzo.

Y con ellos por bandera llegó su debut con el primer equipo de River Plate, a falta de tres jornadas del final del Torneo Clausura de 2009. Por aquel entonces, el equipo era dirigido por el que posteriormente sería entrenador del Xerez, Néstor Gorosito, que si no confió antes en Lamela fue por la grave lesión que el jugador sufrió ese año y que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante cinco meses.

El día de su estreno, la joven estrella no defraudó y pronto se ganó un hueco en el once titular. Con la llegada de Daniel Passarella a la presidencia de River, además, firmó un contrato de 4 años y la mencionada cláusula de 20 millones de euros. Una cifra que no le cerrará las puertas de Europa. "Hoy por hoy sólo pienso en River. Más adelante, si se da una venta sería buenísimo", sentenció hace un par de días, para radio Metro, un Lamela ya preparado para abandonar el fútbol argentino.

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